La reciente puesta en venta de la Isla Imelev, en el Archipiélago de Chiloé, ha generado interés inmobiliario y, al mismo tiempo, preocupación entre organizaciones sociales y ambientales. El predio, de 32 hectáreas, se ubica frente a la costa chilota, a pocos kilómetros del muelle de Achao y con vista a Castro, capital provincial, lo que le otorga una ubicación estratégica y buena conectividad.

Según la corredora Propiedades Volcanes del Sur, la isla que se encuentra completamente deshabitada, cuenta con un faro, acantilados, árboles nativos, zonas de pastoreo, recursos hídricos propios y una playa con bancos naturales de mariscos. Estas características la convierten en una opción atractiva para proyectos turísticos o para quienes buscan un espacio de uso privado y aislado.

El valor de venta asciende a 47 mil UF, equivalentes a cerca de $1.863 millones, más una comisión del 2%. No obstante, la operación ha encendido alertas en organizaciones como Defendamos la Patagonia, que calificaron la transacción como polémica, advirtiendo que comunidades mapuche-williche de islas cercanas han utilizado históricamente este territorio para el marisqueo, la pesca y la recolección de algas.

Desde el mundo ambiental sostienen que este tipo de ventas amenaza los usos comunitarios y el patrimonio cultural y natural del Archipiélago, en un contexto donde otras islas chilotas también han sido recientemente adquiridas por privados u organizaciones extranjeras.