Como quien conoce el mapa antes de zarpar, Claudio Alvarado asumirá la tarea de conducir el delicado puente entre el Gobierno saliente y la administración entrante del Presidente electo José Antonio Kast. El exdiputado chilote, hombre de confianza del nuevo Mandatario, será el encargado de coordinar un traspaso ordenado y sin sobresaltos, en una etapa clave previa al 11 de marzo.

La cercanía entre ambos no es nueva. Se forjó en los pasillos del Congreso cuando compartieron años como parlamentarios y lideraron bancadas durante extensas jornadas legislativas. Esa historia común hoy vuelve a cruzar sus caminos, esta vez con el desafío de asegurar continuidad institucional y fluidez política.

Alvarado explicó que el objetivo es un proceso ágil, con información clara y reuniones bilaterales eficientes entre ministerios, de modo que las decisiones no se empantanen y las políticas públicas esenciales mantengan su curso. Para ello, el Presidente electo ya definió a su equipo de enlace mientras el Gobierno actual nombró al ministro del Interior, Álvaro Elizalde, como contraparte.

El exsubsecretario recalcó que su rol es de colaboración y representación ante las autoridades vigentes, descartando por ahora aspiraciones ministeriales. “Es una responsabilidad relevante y un honor”, señaló, subrayando que la decisión final sobre cargos recaerá exclusivamente en Kast.

Respecto a Chiloé, Alvarado transmitió confianza: aseguró que el futuro Presidente conoce el territorio y su realidad, lo que -a su juicio- permitirá decisiones más rápidas y con sentido de urgencia para las regiones.