Un amplio operativo de la PDI permitió desarticular una peligrosa organización criminal que operaba en el Barrio Meiggs. El despliegue, denominado Muralla Oriental, terminó con 30 detenidos, entre ellos 27 ciudadanos chinos y un carabinero acusado de colaborar activamente con la banda.

Según la Fiscalía Metropolitana Centro Norte, 18 de los detenidos extranjeros integraban la estructura delictiva y serán formalizados por una extensa lista de delitos: asociación ilícita, extorsión, cohecho, lavado de activos, contrabando, comercio sexual, narcotráfico, secuestros y homicidios. El grupo, según la PDI, intentaba retomar el control territorial en el sector mediante prácticas violentas.

El fiscal Alfredo Cerri detalló que el funcionario de Carabineros filtraba información sobre futuros procedimientos policiales a comerciantes vinculados a la mafia, recibiendo pagos por estos avisos. Explicó que esta colaboración facilitaba el funcionamiento del entramado criminal.

Cerri agregó que la organización utilizaba secuestros para obligar a quienes desarrollaban actividades económicas a pagar “tributos”, comenzando con extorsiones y escalando a raptos cuando había resistencia.

Durante el operativo, la policía incautó armas de fuego y 600 millones de pesos en efectivo, evidencia que da cuenta de la magnitud de la red desarticulada.